Como siempre hay un precipicio a cada
lado de la cama pero parece diferente;
Y
otras veces ,entre un lado y otro de la cama,
hay un continente.
Como siempre hay un edredón que siempre
deja un brazo fuera, la pierna helada, la espalda inquieta, pero parece
diferente;
Y
otras veces es ladera de infinitas texturas que atrapa el cuerpo
y a mi existencia la domina y la
retuerce.
Como siempre hay un
pensamiento que parece acariciarme que me gusta y me acompaña,
que desliza sus encantos y llega a acomodar a
los que son de su calaña,
que se queda y se confirma, que se cree que me
conquista y me despista,
que me ronda y me soporta y corretea y me
susurra que descubra
lo
que vive desde siempre mas atrás de la penumbra ,
pero parece diferente; Y otras veces soy
yo mismo quien lo busca y lo apuñala, lo destripa y lo maltrata, lo compone y
lo descifra, lo reinventa y lo amordaza,
me lo cuento , me lo creo , me lo quedo ,
y me lo bebo pero siempre es el que gana porque sabe mas que mi conciencia
mundana,
para luego cara a cara dejar pasar el
tiempo sin decirnos absolutamente nada.
Como siempre hay un torpe sueño sobre las
tres y cuarto
que mas que sueño es un calvario , que
dura entre diez horas y mil años,
en el que me escapo del abismo de un
proyecto sin sentido, sin ideas, invertido,
sin encanto,
con las prisas que aceleran la ansiedad hasta
llegar a querer verme colgar de la soga del espanto.
Donde dos y cinco suman nueve y donde
alguien mueve de lugar
maldiciendo los bocetos y las frases que
hoy quisieron acabar con la jornada del infierno.
Pero parece diferente, y otras veces
ciega la luz
de
una idea brillante que enamora al interior hermoso y acojona al estúpido
envidioso,
que suena a lo correcto que huele a libro
cuerdo, que abraza mi presente y el del de enfrente,
que invita a deslizarse por sus caminos nuevos
, su nuevo idioma, su mapa nuevo, te pide que te sientes te relajes y
despiertes sin demora y descubras que los diez siglos que has sentido vivir ,solo
fue un cuarto de hora, se mastica la tragedia y en el reloj las tres y media.
Como siempre hay un momento en el que vuelvo
la mirada otra vez y de repente son las seis,
todo cambia de sentido y ni siquiera he
dormido, pero llega mi aliado, mi salvador, mi colega, el justiciero, el
trovador el que amansa los ladridos.
El cansancio es el tipo que todo lo
coloca en su sitio para acunarte en su regazo e hipnotizarte contando los
mosaicos que la luz de la mañana amable, a través de la persiana paciente ,
dibuja en mi pared como estrellas de universo que es solo mío y lo será para
siempre , y solo este momento siempre es como siempre, nunca es diferente ,
porque se que ha llegado el fin , porque abrazo como un loco, como un niño,
después del eterno sin vivir,,,,,, la dulce y querida hora de dormir.
A dormir coño………