Con la luz apagada y una potencia desmedida daba inicio el primer concierto del #PalmerasTour. Una potencia contenida en años de trabajo y repaso, de giros y más giros, de prueba y ensayo. De reflexión y valentía, de apostar ser alguien y no algo. De creer en uno mismo y no en lo que dicen que eres. En querer ser, no en querer convencer.
Una potencia de fuego, de sonido, de emoción y de espera impaciente que se veía materializada en cada pixel que se iba iluminando en la pantalla que presidía el escenario del auditorio Victor Villegas de Murcia. Una pantalla que declaraba intenciones, declara novedad, declaraba compromiso, declaraba detalle y mimo en lo que íbamos a conocer. Dicen que la magia no existe, y yo creo que es mentira. La magia sí existe, existe en el momento en el que esperas que algo suceda y te invade la incertidumbre. Existe en el momento en el que contienes la respiración y te mantienes absorto en lo que están viendo tu ojos. Da igual lo que diga la cabeza, porque la magia no se piensa, se siente… Una I y una M se dibujaban en la retina de cada uno de los espectadores que poblaban las butacas del teatro mientras se iniciaba el esperado #PalmerasTour llenando este primer concierto y con cientos de corazones hambrientos deseosos de ver como se materializaba el trabajo de India Martínez en directo.
Este trabajo que ya hemos tenido el placer de ver en directo, nos presentaba la firma de India Martínez desde su inicio con una declaración de intenciones. “La Gitana” a todo trapo y emergiendo entre llamas, en la pantalla, el portal número 11 del bloque donde India Martínez creció y donde seguro que dio sus primeros pasos musicales. India Martínez consiguió lo que sueña cada artista, transportar a su público a donde su música evoca, y vaya si lo consiguió. Todos nos sentimos en "Las Palmeras" y nos imaginamos bajar esas escaleras sintiendo el barrio y su música, como ella lo hacía en estos primeros pasos de su gira.
El público tras el shock inicial de ver una India Martínez que entraba con toda la potencia que su nuevo hit tiene, mostró su gratitud regalando una sonora ovación, llena de energía que provocaba la primera comunión entre fans y artista en lo que sería la tónica general de la noche.
Una escenografía cuidada al detalle tanto a nivel audiovisual como a nivel personal donde además de un talento ya conocido por todos, pudimos ver una ejecución cuidada al detalle, una expresión del arte más alla de tocar bien las canciones o cantarlas perfectas. Una conexión para conseguir llegar al corazón del público y que no solo disfrutará de lo que escuchaba o venia, si no que además se sintiera parte de ello y se dejara llevar por los ritmos y sabores, nuevos y antiguos, combinados en este nuevo camino. El anterior camino decíamos que era el de la buena suerte, quizá esté sea el camino de las palmeras, que preceden el paraíso.
Tras la entrada y con un público entregado y coreando desde el minuto 1 escuchábamos otro de los nuevos hits, “Conmigo”. Una canción que ya nos había encandilado en el vídeoclip minimalista que pudimos ver y cuya producción estética nos gusta tanto que forma parte de nuestra intro en BlogindiaMartinez.com. En directo, conmigo gana más aún, conmigo se convierte en nosotros, se convierte en una sucesión de ritmos y voz que te lleva de Andalucía a Latinoamérica y te trae de vuelta en primera clase. Sin tregua, y en esta línea urbana y sumamente bailable, sonaban los primeros acordes de “Pose Natural”, para que los menos tímidos se levantaran y empezarán a bailar y mover los cuellos al son de este beat tan pegadizo, aderezado con la voz de India Martínez. En apenas 3 temas todo el auditorio estaba entregado y disfrutando en directo de estas nuevas canciones. Los que no eran viejos indios, pedían entrar en la tribu a gritos.
Para no hacer spoiler a los que vais a conocer y visitar este #PalmerasTour no os desvelaremos todos los temas antiguos y nuevos que podréis escuchar, pero sólo os decimos que la selección la firmaría cualquiera de sus fans, porque es un acierto detrás de otro. Un recorrido por canciones que nos hacen disfrutar y que nos evocan momentos que siempre serán nuestros. Sin importar los minutos, los discos, y los géneros. Un momento espectacular a mitad del concierto -y plagado de energía de nuevo- fue ver como se revolucionaba el patio de butacas en el momento en el que la banda de India Martínez al completo, coristas incluidas, terminaban de interpretar uno de estos temas. Capitaneados por los dos guitarristas de la banda Pepe y Alvaro, nos regalaron unos minutos de potencia musical sin parar de subir y acelerar, una delicia para los más rockeros. Provocando una tremenda ovación del público, para agradecer la ejecución técnica y prolongada en el tiempo de estos artistas.
Queremos hacer hincapié en uno de los bloques más espectaculares en los que audiovisuales, tradición y voz se han conjugado para regalar un momento mágico una vez más durante el concierto. Una sucesión de temas flamencos en los que los fans de este genero en la voz de India Martínez disfrutaréis a todos los niveles. Aun seguimos pensando como consiguieron transportarnos a la Medina Azahara y convertir esta a su vez en una suerte de tablao flamenco, al más puro estilo tradicional, con su silla de mimbre destacada.
El concierto pasó rápido como una centella por nuestra retina y nuestros corazones, y todo indicaba que el final estaba próximo cuando tuvo lugar el momento más especial a todos los niveles. Los que estuvimos en Murcia, pudimos ver como se hacía realidad el titulo de la canción e India Martínez vencía el amor. Lo vencía en el sentido más amplio de la palabra. Lo vencía con su público. Emoción, espera y orgullo se reflejaban en su cara, cuando viendo que todo el auditorio se ponía en pie y cantaba la canción completa en una bonita armonía con ella, la emoción la embargaba y no podía evitar romper a llorar. Un llanto de emoción, descontrolado, auténtico. Unas lágrimas que el público supo entender y que sirvió de acicate para entre piropos y elogios, vítores y alabanzas el auditorio se pusiera en pie e India Martínez acabará cantando un "Vencer al amor" totalmente empujada por su tribu. Un "Vencer al amor", más sentido que nunca, con las lágrimas surcando su rostro y con un público rendido y puesto en pie. Tras este momento tan emotivo, y con la mejor de las sonrisas antes de abandonar el teatro India Martínez regaló otro momento de barrio, de autenticidad, y se pudo vivir en directo y sin micrófono por el medio como India Martínez convertía el escenario literalmente en el patio de su casa y montaba una juerga flamenca, como ya hemos visto que se montan en "Las Palmeras".
La magia se hizo esperar y estos dos años han servido para poder conocer a una India Martínez orgullosa de sus orígenes que nos ha enseñado de dónde viene y lo ha hecho con su voz de siempre, con una potencia como nunca.
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