domingo, 13 de diciembre de 2015

"Sirena de mil nombres y una sola verdad " - Último día del fan en el año 2015

Hace un tiempo, no demasiado, hice un pacto conmigo misma. Sí. Leísteis bien. Aunque pueda sonar extraño hacer un pacto con uno mismo.

No se trata de esas promesas y proposiciones que se hacen y se piden cuando el año está a punto de acabar,que a todo esto, a escasos días de ello estamos; más bien, se trata de algo lo suficientemente profundo como para adivinar que por más que lo intenten, ni el tiempo, ni las venturas o desventuras, ni nadie lo puede separar del, no me gustaría llamarlo escondite sino, "refugio"en el que habita, cosido con hilo grueso de aguja fina a los lazos que enzarzan el alma a nuestro ser.

Y después de toda esta palabrería, aún os estaréis preguntando en qué consiste dicho "acuerdo" y por qué hablar de estos dilemas en un día como hoy, 13, cifra, un tanto peculiar para l@s supersticios@s.

No voy a explicar qué es aquello a lo que llamamos magia, ni en qué se fundamenta, ni falta que hace. Segura estoy, no podría decir que al 99,9 %, de que cada uno de los que estén leyendo estas improvisadas líneas la han experimentado en alguna ocasión, pero posiblemente  el 99,89%, de esto algo sabe.

Pero, no nos dispersemos. Al inicio de esta palabrería prometimos hablar de un pacto y como siempre digo, lo prometido es deuda.

A mi persona prometí, que jamás permitiría que el hechizo que envuelve esta existencia, también conocida como vida, a la que somos lanzados sin previo aviso ni manual de instrucciones se desvaneciera por el simple motivo y razón de no conseguir apreciarlo.

Podría parecer un pensamiento nimio, simplemente otra frase bonita que agregar a la colección, pero no, señores. La esencia de la importancia consiste en saber bien dónde buscarla.
Es más que probable que aún no la haya encontrado, sin embargo sí que hay alguien que ha contribuido en gran medida a que el convenio ya citado se mantenga más sólido día tras día, gracias al compromiso, me atrevería a afirmar que, incluso con mayor fuerza, guarda recíprocamente con aquell@s que caen bajo su hechizo.

No sé si es necesaria su presentación. Aún así creo que la merece, sin duda. India Martínez, Jennifer Jessica, Sereia, La Niña del Puerto... No puedo referirme a otra más que a la "Sirena de los mil nombres y una sola verdad". ¿Comprendéis ahora por qué elegimos un día 13?

Aquella india cuyo mismo nombre lleva grabado el número 13, aquella que susurra entre los acordes de otro mago gaditano que también se une a eso de portar el número prohibido en el suyo, aquella mujer (porque, para los que no lo crean, también es de carne y hueso) que consigue dominar el monótono latir de nuestro corazón hasta transformarlo en un suave y a su vez apasionado ritmo que se deja guiar por el compás de sus verdades, de las cuales ninguna duda nos cabe, hay más de 13.

Lo de soñar se queda corto, al lado de esta cordobesa de nacimiento y almeriense de adopción. Desde un principio se adivinaba que esa dualidad  le llevaría desde de la cuna del flamenco hasta cada rincón del planeta al cual su música se quisiera adentrar. No hay límites, no hay mar que no se pueda cruzar por más lejana que pueda parecer la orilla y creédme que de eso, las sirenas, entienden.

La experiencia, inteligencia y el buen hacer de esta guerrera, han hecho desaparecer las fronteras que pudieran haberse presentado en el camino. Ni chistera, ni varita mágica fueron necesarias para forjarse su destino. A propósito, no tenemos ningún reparo en asegurar que este camino no a hecho más que empezar y que aún hay mucho cielo por acariciar, azul como el mar sin lugar a dudas. Los sueños no se toman vacaciones. 

Fue por mera casualidad que supe de la existencia de esta "India de Fuego" y cierto es que en una única ocasión hace muchas lunas atrás, tuve el placer de caer bajo su hechizo en un teatro que más parecía un santuario, inundado por esa venerable consonancia que realizaba junto a su equipo. Cierto también es que la distancia que separaba el escenario de mi posición era lo suficientemente considerable para no ser capaz de vislumbrar su rostro, pero no importaba.

Como bien predijo el maestro Manolo Caracol, si se nos permite variar en algo aquella letra : "India de Fuego le llama la gente", pero claro está que con cada actuación, con cada gesto, esta mujer no permite que muramos de sed ;)

Fue en ese mismo lugar en el que descubrí por qué la palabra "hechizo" conserva esa "H" tan muda e inquietante en su comienzo; y es que muda se quedó escuchando el canto de la "Sirena de los mil nombres y una sola verdad".



2 comentarios:

  1. Bonita descripción para una Musa como India Martinez Rocío. Felicidades

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por haberse asomado a echar un vistazo, de verdad. Un saludo!

      Eliminar