Córdoba 20 Junio 2015.
Pensé escribir esta
crónica la misma noche del concierto, no importaba la tardía hora (más de las
tres de la madrugada), ni el cansancio acumulado. No sabría decir porqué
igualmente sentía que debía dejar pasar unos días antes de ponerme a ello.
Bueno, pues de la misma manera siento que es ahora el momento de escribirla...
Ahí va:
El sábado
fue un día de intensísimo calor que, para mí, comenzó muy temprano. Por la
mañana dí un largo paseo con una amiga y su familia por la Mezquita y la
Judería (¿curioso las dos tan cercanas, no?). Habían viajado desde Cartagena a
Córdoba para escuchar a India Martínez. Callejeando fuimos encontrándonos con
otros "inditos" que también venían desde distintos lugares (Madrid,
Málaga...) para escucharla. Los "inditos" somos así; ser
"indito" es una manera entregada y generosa de estar un poco majareta
;)
Decidí
acercarme a la Corredera horas antes del concierto, por si podía ver algo del
ensayo previo al recital, y llegué a la plaza sobre las seis de la tarde (me
habían dicho que la prueba de sonido podría ser alrededor de las siete). ¡Qué
calooor! No podíamos ni sentarnos en los bancos que hay en la plaza porque
quemaban (¡y estaban en la sombra!). Pues allí estaban ya, y llevaban un buen
rato, sus seguidoras cordobesas. Pronto
fueron llegando indit@s conocidos míos de Sevilla y de… Lo dicho: cómo son los "inditos" :
)))
Primeramente
llegaron los músicos (Yasser Herrera, Iván Ruiz, Katumba...).También, cómo no,
Alejandra iba de un sitio a otro supervisando todo. Y Riki Rivera, fresco como
un camarón gaditano, aún bajo los 40ºC. Yo miraba a Riki durante el ensayo y me
parecía tener delante a un moderno juglar, se me figuraba como un trovador actual
en el siglo XXI, con su guitarra y sus canciones recorriendo las ciudades,
caminos y lugares... Hubo saludos y guiños cómplices para todos sus seguidores.
Sobre las
nueve apareció India y pesadas horas de espera se desvanecieron como por encantamiento...
La ilusión es así. Atendió a todos y se fotografió con quien se le acercaba. Es
nuestra India... Su hermana Laura, tan paciente como guapísima, coordinaba todo
lo que sucedía a su alrededor.
¡Qué
maravilloso concierto nos regaló India! Otro más... ¿No os parece asistir siempre
a algo nuevo cada vez que la vemos sobre un escenario? Hubo momentos para todo:
"Corazón hambriento",
"Manuela", "Niño sin Miedo", "Solo tú"... Innovó
una dinámica recreación de "Otras Verdades". Momentos flamenquísimos
en "Sueño con la marea" y "Nana del caballo grande". Un
personalísimo y bellísimo recuerdo a Lole y Manuel. He oído cantar en esta
plaza a voces consagradas como José Mercé o Diego el Cigala, pero no recuerdo haber
visto una emoción entre el público como la que sentí esa noche con India Martínez.
Mi casa está muy cerca de esa plaza cordobesa y tiene un
pequeño patio. Algunas noches de verano la Luna está sobre él y su blanquísima
luz lo ilumina. Entonces yo aprovecho y me doy lo que me gusta llamar "un
baño de rayos de Luna". Probarlo alguna vez vosotros, vereís como se
experimenta una sensación especial: La luz resbala por tu cabeza, por tus
hombros y "sientes cosas"... Mientras estaba en la vecina plaza
escuchando el concierto imaginé que la voz y las canciones de India volaban
sobre las casas y los tejados cercanos, como volaban Peter Pan y sus amigos, y
como polvo de alas de Campanilla se posaban sobre mis macetas, las tejas y las
piedras del patio...
Ya han pasado
unos días de todo aquello. Ahora sé que cuando pasee por las calles de Córdoba
me ocurrirá que, al igual que sucede en algunas noches de verano cuando te
sorprende el olor de la dama de noche o el oculto jazmín, o cuando en las
mañanas de invierno despierta mi cara un frío viento de la cercana sierra...
igualmente los ecos de la voz de India estarán ya aquí para siempre, y
sobrevolarán las calles, patios, tejados y azoteas de Córdoba. Su Córdoba. Mi
Córdoba...
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