lunes, 13 de julio de 2015

"Noche Blanca del Flamenco por Manuel Ruíz"

Córdoba 20 Junio 2015. 

    Pensé escribir esta crónica la misma noche del concierto, no importaba la tardía hora (más de las tres de la madrugada), ni el cansancio acumulado. No sabría decir porqué igualmente sentía que debía dejar pasar unos días antes de ponerme a ello. Bueno, pues de la misma manera siento que es ahora el momento de escribirla... Ahí va:

        El sábado fue un día de intensísimo calor que, para mí, comenzó muy temprano. Por la mañana dí un largo paseo con una amiga y su familia por la Mezquita y la Judería (¿curioso las dos tan cercanas, no?). Habían viajado desde Cartagena a Córdoba para escuchar a India Martínez. Callejeando fuimos encontrándonos con otros "inditos" que también venían desde distintos lugares (Madrid, Málaga...) para escucharla. Los "inditos" somos así; ser "indito" es una manera entregada y generosa de estar un poco majareta ;)

        Decidí acercarme a la Corredera horas antes del concierto, por si podía ver algo del ensayo previo al recital, y llegué a la plaza sobre las seis de la tarde (me habían dicho que la prueba de sonido podría ser alrededor de las siete). ¡Qué calooor! No podíamos ni sentarnos en los bancos que hay en la plaza porque quemaban (¡y estaban en la sombra!). Pues allí estaban ya, y llevaban un buen rato, sus seguidoras cordobesas.  Pronto fueron llegando indit@s conocidos míos de Sevilla y de…  Lo dicho: cómo son los "inditos" : )))

      Primeramente llegaron los músicos (Yasser Herrera, Iván Ruiz, Katumba...).También, cómo no, Alejandra iba de un sitio a otro supervisando todo. Y Riki Rivera, fresco como un camarón gaditano, aún bajo los 40ºC. Yo miraba a Riki durante el ensayo y me parecía tener delante a un moderno juglar, se me figuraba como un trovador actual en el siglo XXI, con su guitarra y sus canciones recorriendo las ciudades, caminos y lugares... Hubo saludos y guiños cómplices para todos sus seguidores.


     Sobre las nueve apareció India y pesadas horas de espera se desvanecieron como por encantamiento... La ilusión es así. Atendió a todos y se fotografió con quien se le acercaba. Es nuestra India... Su hermana Laura, tan paciente como guapísima, coordinaba todo lo que sucedía a su alrededor. 



        Estrella Morente cantaba (coincidiendo a la misma hora) en la Mezquita; Farruquito, Dorantes y el Pele lo hacían en la cercana plaza de las Tendillas... pero una gran muchedumbre y miles de pasos tenían claramente decidido su destino para esa noche. A la una de la madrugada no cabía ni un llavero en la cordobesa plaza de la Corredera. Plaza histórica de la ciudad durante siglos: En ella se proclamaban los nacimientos de los príncipes herederos y se anunciaba al pueblo la muerte de sus reyes. Desde su balcón principal se anunció la victoria naval de Lepanto. En ella han toreado los antiguos maestros del toreo, desde Pedro Romero a Pepehillo. Hoy sería India Martínez la Reina de esa plaza.

     
¡Qué maravilloso concierto nos regaló India! Otro más... ¿No os parece asistir siempre a algo nuevo cada vez que la vemos sobre un escenario? Hubo momentos para todo:  "Corazón hambriento", "Manuela", "Niño sin Miedo", "Solo tú"... Innovó una dinámica recreación de "Otras Verdades". Momentos flamenquísimos en "Sueño con la marea" y "Nana del caballo grande". Un personalísimo y bellísimo recuerdo a Lole y Manuel. He oído cantar en esta plaza a voces consagradas como José Mercé o Diego el Cigala, pero no recuerdo haber visto una emoción entre el público como la que sentí esa noche con India Martínez.




     Mi casa está muy cerca de esa plaza cordobesa y tiene un pequeño patio. Algunas noches de verano la Luna está sobre él y su blanquísima luz lo ilumina. Entonces yo aprovecho y me doy lo que me gusta llamar "un baño de rayos de Luna". Probarlo alguna vez vosotros, vereís como se experimenta una sensación especial: La luz resbala por tu cabeza, por tus hombros y "sientes cosas"... Mientras estaba en la vecina plaza escuchando el concierto imaginé que la voz y las canciones de India volaban sobre las casas y los tejados cercanos, como volaban Peter Pan y sus amigos, y como polvo de alas de Campanilla se posaban sobre mis macetas, las tejas y las piedras del patio...

     Ya han pasado unos días de todo aquello. Ahora sé que cuando pasee por las calles de Córdoba me ocurrirá que, al igual que sucede en algunas noches de verano cuando te sorprende el olor de la dama de noche o el oculto jazmín, o cuando en las mañanas de invierno despierta mi cara un frío viento de la cercana sierra... igualmente los ecos de la voz de India estarán ya aquí para siempre, y sobrevolarán las calles, patios, tejados y azoteas de Córdoba. Su Córdoba. Mi Córdoba...




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