Y al final... el auditorio, pasó adentro.

Eran las 9 de la noche cuando los focos del auditorio de Barcelona  se apagaron para dar comienzo uno de los conciertos más esperados ofrecidos por el 16è festival MIL-LENNI, el de nuestra querida India Martínez que una vez más colgó sin dificultad el cartel de "no hay entradas".

No es ninguna novedad el cariño y pleitesía que se le rinden a la cantante en la ciudad condal, pero lo de anoche fue "vivir para ver"

En cuanto la artista salió por uno de los laterales del escenario seduciéndonos con  las primeras notas de Samandhi, (introducción con la que también da comienzo su disco Camino de la buena suerte), el público emprendió a contagiarse de inmediato de la energía y positividad de las que India Martínez siempre hace gala, tanto encima como detrás del escenario.

Unánimemente los espectadores acompañaron con el ritmo de sus palmas el tema que vendría a continuación titulado: Mientras arde la llama. Llama que representa ese fuego que nos mantiene vivos de espíritu, esa pasión que hace diferenciarnos de mecánicos robots. Entre sugerentes bailes y mensajes de aliento que se descifraban en la letra de la canción, reivindicaba con su grito de guerra  aquello de "alcemos la voz".

Canción tras canción la cordobesa logró aflorar todas esas pasiones y delirios que llevamos escondidos o adormecidos en nuestro interior.

Uno de los momentos álgidos de la noche fue cuando interpretó su conocido tema "Los gatos no ladran" arrancando sonoros aclamos, hermosas ovaciones y fuertes aplausos.

Y llegó el instante en el que se nos helaron hasta las entrañas...

India Martínez antes de dar comienzo a otra de sus canciones más queridas y solicitadas, "Solo tu", quiso dedicársela a algunos de sus familiares que se encontraban en la sala y en especial a su desaparecido abuelo que tanto amaba.Su mirada tornó a dibujarse triste mientras nos iba abriendo de par en par su alma.

Tras vanos intentos de contención, las lágrimas finalmente no dejaron de brotar resbalando por su rostro, y en cada gota iban escritos mensajes implícitos que se tradujeron en  un "sin ti ya nada es, ni será lo mismo".

Como buena profesional y tras retirarse por unos minutos del escenario después de dejarnos conmovidos con esa magnífica representación de las más recónditas emociones, al son de los acordes del laúd de Riki Rivera regresó de nuevo a "su templo" para pasar del llanto a la alegría con el pegadizo Khendi Maak y sus tintes arabescos.

(Próximamente Fotografía)

Para sorpresa de los asistentes y siguiendo con la estela de los sonidos de Oriente, Laura Martínez salió enfundada con un sugerente atuendo color oro, dejando constancia de las inteligencias múltiples que el ser humano posee siendo ella la reina de la llamada cinestesico corporal que es capaz de unir espíritu, cuerpo y mente.

Con cada sensual y estratégico movimiento no dejó de dar rienda suelta  al erotismo más elegante y artístico.

Como no podía faltar el más puro romanticismo, India Martínez nos enamoró un poquito más haciendo rugir a su corazón hambriento: 

"...si no te vas te hago un sitio en este corazón hambriento, tengo una vida para amar, si no te vas tengo tardes de Domingo y mil inviernos eternos, si quieres pasa adentro..." 

Son algunos de los versos de esta preciosa canción que nos susurra  al oído primero para acabar después sollozándolo a gritos invadiendo así nuestros sentidos...

Y es que hay  corazones tan inmensos que jamás podrán saciar su apetito puesto que siempre están dispuestos a ofrecernos un sitio, y nosotros, hechizados por sus lamentos no podemos negarnos si nos invita de ese modo a pasar dentro.

Hasta en más de tres ocasiones la artista nominada a los Goya a la mejor canción original por la canción "Niño sin miedo", puso a su público en pie. Público que logró distraerla y desconcertarla en algún momento con sus originales e insistentes piropos y vitoreos.

Cada sueño conseguido, cada meta lograda y cada escalón subido no hacen más que acrecentar el talento de la niña sureña que cada día pisa el escenario con más seguridad, confianza y entrega.

Mención especial a la organización Concert Studio por ofrecernos la oportunidad de poder compartir esta crónica con todos vosotros. Gracias

[Entrevista: Festival MiL·Lenni]